
Sin duda es uno de los más hermosos de estilo medieval que se conservan en Galicia con diez ojos o vanos con arcos de medio punto, de los cuales ocho (36 metros de longitud) pertenecen a Baiona. Algunos son arcos ojivales, seguramente debido a los estilos vigentes en las épocas en que debió sufrir alguna reparación necesaria con el paso del tiempo.
Como peculiaridades destacadas del puente citamos que en la mitad del puente se conserva un crucero y a sus pies una imagen de san Telmo, patrón de los navegantes y a quien la historia le reconoce el haberlo mandado construir.
Debajo del puente hay un peto de ánimas que representa a las ánimas en pena. Sobre mesa maciza de piedra hay un retablo de tipo abierto con tres ánimas. La del centro se corresponde con un cura. Carece de cajón para las limosnas. Hasta hace pocas décadas, junto a este puente se celebraban ritos relacionados con la fertilidad. Según la tradición, la mujer encinta que no lograba hijos viables conjuraba a su hado adverso vertiendo sobre su vientre agua del río. La conjura, para ser efectiva, debía realizarse a las 12 de la noche, debiendo apadrinar a la criatura la primera persona que atravesase el puente después del conjuro.