Es un castillo medieval vinculado a la casa de los Andrade que data del siglo XV y que actualmente está en ruínas y abandonado por lo que su principal reclamo es ver el castillo integrado en el espacio natural en que está asentado.
En tiempos de Fernán Pérez de Andrade "O Boo", el castillo añadió a su función residencial la de cárcel para vasallos rebeldes o morosos.
Se halla levantado sobre roca a 400m de altitud, en las inmediaciones del río Castro en lo alto de una cañada y dominando todo el valle. De la antigua fortaleza oculta entre la vegetación hoy sólo
Los restos de las murallas aparecen en dos niveles, con las puertas de acceso formadas por arcos de medio punto e interesantes pasadizos abovedados.