
En el exterior del templo destacan los primitivos contrafuertes neorrománicos que permiten el peso de la bóveda de piedra; pero especialmente relevantes son los 28 canecillos dispuestos entre uno y otro alero que con figuras ponen una cenefa de gracia y de los que anotamos la cabeza de un monstruo y el cuerpo de una mujer masturbándose. En el pórtico se ofrecen dos columnas de gusto románico. En una de las paredes exteriores hay una heráldica que se instaló allí traída de otra construcción.
En el interior de San Cristovo tienen alto valor los dos arcos apuntados en la capilla mayor, la bóveda de sillares y las cuatro columnas con sus capiteles.
En una de las paredes del templo se ha incrustado un frontal de altar, aunque algunos lo definen como fachada de un baldaquino.
En frente del templo se halla la casa rectoral. Lo más vistoso es el arranque de la escalinata paciega, que culmina en un claustro alto. En el dintel de una de las puertas una escritura fecha la obra en el año 1772.
En la zona también podemos visitar la Capilla de Nuestra Señora de Egipto, en el núcleo de Egipto. Capilla a la Virgen del Carmen, en Chazo, Capilla de San Martin o el Pazo de Agüeiros.